martes, 12 de julio de 2011

Pesca de Siluros en Escatrón. 9-7-2011

Según se va aproximando el día los nervios empiezan a florecer, esta jornada de pesca la teníamos programada desde hacia mas de un mes para esta fecha.
Estuvimos toda la semana hablando, del tiempo que haría, del nivel del río, de si estarían activos los siluros, que llevar de comida, aperos etc.

Finalmente llego el viernes, Raúl llego a buscarme a mi casa junto a su hijo Raúl a las 12 de la noche como habíamos quedado,  con su furgoneta.

Habíamos quedado con Lorenzo a las 7 de la mañana en el bar los Arcos de Escatrón ya que nos iba a hacer de guia, hasta un buen sitio donde no hubiese mucha influencia de pesca y estuviésemos cómodos y con la ayuda de su barca pudiéramos engodar a la perfección.

El camino de ida se hizo muy ameno, como siempre charlando y comentando cosas de pesca y recuerdos de otras jornadas ya pasadas. A mitad de camino hicimos una parada para tomar un café y partir de ese punto Ivan y yo poco a poco fuimos durmiéndonos, hasta casi llegar a Escatrón.

A las 4 de la mañana ya habíamos llegado, yo me acople en la cabina con un cojín de almohada y estirado en los 3 asientos pude dormirme un par de horas, Raúl y su hijo Ivan, se metieron en la parte de atrás de la "furgofhising" y medio durmieron hasta las 7 también con algún picor de los cojines que tenían como almohada.


                                                  Video de Juanra sacando un Siluro.
                                                    
A las 7 menos cuarto, nos despertamos y entramos en el bar donde habíamos quedado, a desayunar, y al poco llego Lorenzo, y tras desayunar y charlar un rato, nos fuimos hacia el puesto donde nos tenia preparado para esta apasionante jornada de pesca.

Fuimos a través de unas fincas, por unos caminos con dirección al río, y tras pasar una cancela, llegamos a la orilla del río sobre las 7:30, entre Lorenzo, Raúl y yo preparamos las 6 cañas, con su cebo correspondiente, que en este caso eran  dos unidades de pellet con sabor a pescado.

Una vez preparada las cañas, Lorenzo sube a su barca, con el motor eléctrico para no hacer ruido  y se aproxima junto con el cebo a recebar a la zona donde mandaríamos las cañas con su correspondiente señuelo.

Una vez que esta todo recebado y las cañas lanzadas, nos acoplamos en nuestras sillas, para esperar a ver si pican , y mientras tanto tomar un refresco ya que el sol empieza a salir y hace calor.


Eran las 8:30 de la mañana cuando suena la primera picada, como acordamos, la primera picada es para Ivan, coge la caña fuertemente y tira bien fuerte de ella para atrás para que clavara bien el anzuelo.

La fuerza con la que sale en Siluro en la picada, hace que Raúl tenga que coger a Ivan de la cintura si no quiere hacer esquí acuático, la lucha es tremenda, las caras de sufrimiento de Ivan en cada arrancada del Siluro lo dice todo, pero después de un largo tiempo de lucha con el consigue traerle hasta la orilla.


Los gestos de su cara lo dicen todo, era su primer siluro, no todo el mundo puede decir que ha pescado uno, y hoy en día cada vez es mas difícil sacarlos, y encima con 11 años como tiene el. este primer siluro media 1,50 m.


Hacemos algunas, fotos, le grabo su hazaña y si darnos casi ni cuenta había pasado una hora, y otra de las cañas dobla con tanta fuerza que parece querer romperse, salgo corriendo a por ella y le doy un fuerte tirón para que clave bien el anzuelo.

La fuerza con la que tira me hace emplearme a fondo, ayudado de la ingle para sujetar el bajo de la caña y a base de tirar de brazo y soltar hilo voy acercándole a la orilla.  Llega un punto en que casi ya no me queda fuerzas en la mano derecha y tengo que ayudarme también de la izquierda y tirar de las dos manos a la vez para conseguir atraerle hasta la orilla donde finalmente asoma el morro.



Es un buen ejemplar, de 1,80 m. y  50 kg de peso, la alegría nos vuelve a imbadir a los 3, continuamos con la sesión de vídeo y fotos, y reponemos fuerzas, con unos bocadillos y unos refrescos.

Cada vez que sacábamos un siluro, Lorenzo se aproximaba con la barca, hasta la zona de pesca y recebaba bien el sitio para mantener el pesquil.



Sobre las 11:30 de la mañana, se produjo la tercera picada, esta era para Raúl, y con su buena técnica y esperto que es, se trabajo muy bien al siluro de muy buen tallaje también, hasta que le trajo hasta la orilla, era de medida similar al primero que saco Ivan. Estábamos supercontentos, ya hubiéramos firmado que antes de salir por lo menos hubiésemos conseguido sacar uno cada uno en  todo el día.



Nos preparamos otro tentenpie, charlamos, un poco si sobre las 12:35 una de las cañas, se dobla tanto que casi roza la puntera en el agua, Ivan sale disparado coge la caña, pero la fuerza que hace el siluro le arrastra hacia la orilla, Raúl le coge de la cintura, y en las arrancadas fuertes casi les arrastra a los dos hasta la orilla.


Por la fuerza y la forma en la que tira el Siluro nos hace preveer que sera un buen ejemplar. La lucha es intensa, hay momento en los que las fuerzas de Ivan flojean y tiene que ayudarle su padre a girar la manivela del carrete, pero al final consigue hacerse con el.




Nos quedamos alucinados, a ver el potencial del Siluro, era inmenso se veía claramente que pasaba de los dos metros, y efectivamente, midió 2,26 y peso en la bascula 83 kg. 
                                   ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡   IMPRESIONANTE   ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡     
este si que se puede decir que es el siluro de tu vida, teniendo en cuenta que el siluro mas grande el del record sacado es de 2,50m.



Después de este rato tan especial, y quemar un rato los moviles informando de la noticia, finalmente nos pusimos a comer.

Después de la sobremesa otra gran picada, salgo corriendo tiro de la caña, consigo acercar un poco al siluro hasta que se engancha, no se si por alguna roca, o algún árbol de los que hay sumergidos en la otra orilla. Subo con Vicente en la barca hasta el lugar donde mas o menos esta enganchada, y consigo desengancharla pero el siluro ya se había escapado.

A partir de aquí estuvimos un buen rato sin actividad en las cañas, las sacamos un par de veces, y las volvimos a meter. En vista de que no había mas picadas y el sol se estaba marchando de la orilla, decidimos sacar los 4 siluros que teníamos atados en el agua para hacernos las fotos con todos juntos, y medir y pesar al mas grande, y de paso refrescarnos un poco dentro del agua.

Después de un buen rato, entre foto y foto, baño  y pesaje, finalmente ayudamos a oxigenarse a los siluros que capturamos y uno a uno según se van recuperando los vamos soltando.



Después de otro largo rato, otra gran picada en otra caña. Raúl tira de ella  fuertemente pero no consigue engancharle bien y se escapa, era el segundo que se nos escapaba. Recoge lentamente poco a poco y de repente un siluro que ve pasar el señuelo mientras Raúl recogía se lanza a por el, y consigue otra picada, que pensamos que era una Carpa por la poca resistencia que ponía a sacarle del agua, y cuando lo vimos fuera, vimos que era un siluro, que estaba ya muy cansado por haber sido pescado con anterioridad ese día, por eso apenas opuso resistencia.



Finalmente sobre la 7 menos cuarto de la tarde decidimos recoger el chiringuito, muy felices y contentos por lo bien que se nos había dado. Volvemos al bar donde quedamos por la mañana y después de un cafelito, agradecemos a Lorenzo su compañía y ayuda y nos despedimos de el.

Finalmente, y para darle gusto a Ivan, decidimos ir al río Cinca a pesar de ser las 8 de la tarde a hacer unos lances a spining, pero apenas estuvimos ni una hora, ya que a pesar de bañarnos en autan, los mosquitos se tiraban en barrena hacia nosotros.




Después de aquí fuimos a "comprar fruta" como marca la tradición de otras veces, e irnos luego a Caspe donde teníamos cogido el Hotel, para cenar y dormir, ya sobre las 12 de la noche.

Al día siguiente decidimos no ir a río a pescar como hacíamos otra veces, ya que teníamos agujetas de tanto tirar para sacar los siluros y de subirlos en vilo para hacernos las fotos, habíamos quedado bien satisfechos. Por lo que el domingo nos levantamos pronto, vimos los Sanfermines y después de desayunar volver para Madrid.



Ojala salieran muchas jornadas como esta que hemos pasado, y me quedo con el recuerdo de la felicidad de Ivan con sus 11 añitos, y el pedazo de siluro de 2,26 m. que sacó.